sábado, 23 de febrero de 2013

José G. Leyton Ibarra: “Yo acepté gustoso”

Por Rodolfo Acevedo
Archivo: Páginas Locales Chile
Liahona, Agosto 1997


Hacía muy poco que había enviudado cuando conoció a Gerarda Arrué, una hermana en la Iglesia de paso en Valparaíso, que le enseñó los primeros rudimentos de la Iglesia Restaurada y quien posteriormente llegaría a convertirse en su esposa. De estos primeros momentos de su vida y su relación con la Iglesia, el patriarca Leyton recuerda:

“Con una visón muy clara y una inspiración, ella que ya era miembro de la Iglesia por cuatro años, fue a conversar conmigo y me habló de la iglesia. Me dijo que la Iglesia era una ayuda muy grande… Yo le puse atención, conversamos mucho rato… y a mí me agradó. Entonces me preguntó si acaso yo recibiría a los misioneros para escuchar las charlas. Yo acepté gustoso, los recibí y me gustó. Me dejaron folletos, el folleto de la Palabra de Sabiduría, que me llamó mucho la atención”.



“Asique empecé a asistir a la Iglesia y ella me empezó a escribir para decirme cómo debía hacerlo. Así empezamos a intercambiar cartas. Llegó el día en que me bauticé, el 5 de octubre de 1963, y ella viajó de Santiago a Valparaíso para presenciar mi bautismo. Hasta aquí todavía no había nada entre nosotros, pero no sé qué pasó después, que empezamos a simpatizar, y llegó el día en que contrajimos matrimonio, el 17 de octubre de 1964”.


Los hermanos Leyton junto a su hijita Katty


La vida como miembro de la Iglesia del hermano Leyton es un claro ejemplo de aquellas palabras inspiradas que tantas veces hemos escuchado y que dicen que “por medios sencillos el Señor realiza grandes cosas”, y es que él por su origen campesino, a principios de siglo en nuestro país, tuvo muy pocas posibilidades de estudio, trabajó desde muy niño; sin embargo, en un recodo del camino de su vida conoció el evangelio y tuvo el valor de aceptarlo y vivirlo. Fue ordenado en cada oficio del Sacerdocio hasta llegar a ser un Patriarca en la Iglesia, ejerciendo como tal en las estacas de Viña del Mar, Achupallas y hoy día la estaca de San Miguel, en Santiago, siendo en un tiempo también llamado a servir como Presidente de Estaca, confiándole el Señor el cuidado de una especial parte de su viña en la Quinta Región, la recién creada estaca de Viña del Mar, de la cual sería su primer presidente, entre los años 1974 y 1976.

Sin embargo, fue siendo un presidente de rama en Valparaíso en 1970 que su gran sueño se hizo realidad, y es que ese año, el 13 de abril, recibió la gran bendición de ser sellado por tiempo y eternidad en el templo de Lago Salado  junto a quien primeramente le había mostrado el camino del evangelio restaurado de nuestro Señor Jesucristo en la tierra. Su querida esposa Gerarda, hoy día fallecida, fue en sus palabras “su puntal”, y con gran felicidad la recuerda al pensar en los sacrificios que hicieron juntos para poder llegar a la Casa del Señor que estaba tan lejos:

“Nosotros cuando nos casamos, la primera meta que nos fijamos fue sellar nuestro matrimonio. Lo logramos a los seis años. No teníamos medios prácticamente, no teníamos nada que nos diera la posibilidad de juntar dinero. Pero a medida que fue corriendo el tiempo nos fuimos preparando mejor y pudimos alcanzar esa meta…”

El patriarca Leyton actualmente sirve como obrero en el Templo de Santiago y como oficiante sellador. Sin duda que es uno de nuestros pioneros que en nuestros días lleva su testimonio y ejemplo de fe y dedicación entre quienes le rodean, testimonio como el que expresara hace exactamente veinte años con ocasión de una entrevista que le realizara el historiador Gordon Irving en la ciudad de Lago Salado: “Pienso que Chile va a ser uno de los países donde la Iglesia en Sudamérica va a crecer más rápidamente, por algo bien especial que hay en nuestro país, en nuestra gente.  Hay en cierto modo una humildad en la mayoría de la gente”.

El patriarca Leyton con sus 80 años sigue sirviendo al Señor, y en sus propias palabras expresa emocionado su determinación y testimonio: “Lo haré hasta que el Señor disponga de mí”.



El Presidente Leyton junto al Élder Boyd K. Packer
y al presidente de la Misión Chilena Royden J. Glade.

1 comentario:

  1. Orgullosa de mis padres y el gran legado que me dejaron y se que el Señor nos volvera a reunir.. Los amo,

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