jueves, 10 de enero de 2013

Laura Hotchkiss Goodwin, mujer pionera sepultada en la isla de Robinson Crusoe, Chile, en 1846

Por Rodolfo Acevedo
Archivo: Páginas Locales Chile
Liahona, Diciembre 1996

Hoy día, en un corto tiempo de vuelo podemos llegar desde Nauvoo-Illinois a la ciudad de Lago Salado, Utah; en tres horas desde Santiago a la Islas de Juan Fernández. Aún desde nuestra casa es posible discar el número telefónico del Presidente Pedro Chamorro de la Rama en la Legendaria isla de Robinson Crusoe. Han pasado 150 años, los miembros de la Iglesia necesitamos comprender las circunstancias y los sacrificios que realizaron los pioneros en el pasado.


El barco Brooklyn dejó Nueva York con doscientos treinta y ocho santos el 4 de febrero 1846 y llegó a Yerba Buena, California (San Francisco) el 29 de julio de 1846. (Fotografía de una pintura de Arnold Friberg).


La Familia Goodwin

El 10 de abril de 1843 un grupo de ocho misioneros fue apartado en Nauvoo y enviado a los estados del este. Uno de ellos fue Elizur Goodrich Terrill, quien predicó el Evangelio y bautizó a su prima Laura y a su esposo Isaac Goodwin, originarios de Connecticut, a principios de 1844.

Fue ésta la época de mayor persecución en Missouri y Nauvoo, lo que llevó al martirio de José y Hyrum.  A causa de dicha persecución se realizaron los planes para iniciar el traslado de la Iglesia al oeste.  El Presidente Brigham Young dio instrucciones a los líderes que trabajaban en el este de conducir también a los Santos de allí hacia el oeste.

El 12 de noviembre 1845 se efectuó una conferencia de las ramas del este en la ciudad de Nueva York. Allí Orson Pratt y Samuel Brannan informaron a los Santos de los planes de ir al oeste por mar.


ISLA DE ROBINSON CRUSOE
PRINCIPAL DEL ARCHIPIELAGO JUAN FERNANDEZ 



Laura fue probablemente sepultada en la boca de la “caverna de los patriotas”, la cual es la más cercana al pueblo de San Juan Bautista y la Bahía de Cumberland. Fue en esta pequeña isla en que Alexander Selkirk vivió las experiencias que más tarde llevarían a Daniel De Foe a escribir el legendario libro “Robinson Crusoe”.

El Viaje del Brooklyn

El 4 de febrero de 1846, apresurados por la persecución, los Santos de Nauvoo iniciaron la evacuación de la ciudad y el éxodo hacia las Montañas Rocallosas.  En esa misma fecha zarpó desde Nueva York el barco Brooklyn con una compañía de Santos con el mismo destino.  Setenta hombres, sesenta y ocho mujeres y cien niños iniciaron una travesía de 17.000 millas.  Rodearon el continente sudamericano con muy pocas escalas, llegando finalmente a la Bahía de San Francisco y luego a Lago Salado.

Este hecho no tuvo relación alguna con la gente sudamericana ni con el establecimiento de la Iglesia allí. Fue el primer suceso conocido con miembros de la Iglesia en el escenario geográfico de Sudamérica.

Los Santos del Brooklyn padecieron muchas dificultades, falta de alimentos, hacinamiento, enfermedades, inseguridad, tormentas, zozobra, etc. Doce personar fallecieron durante esa travesía de seis meses.  Después que el Brooklyn giró hacia el norte en el Cabo de Hornos se sucedieron los momentos más difíciles del viaje. Con escasez de alimentos, enfrentaron fuertes tormentas y tenían la sospecha de que el capitán había perdido el rumbo.  Intentaron llegar al puerto chileno de Valparaíso, pero esto no fue posible, y finalmente se dirigieron al archipiélago de Juan Fernández.

El Fallecimiento de Laura Goodwin

“Fue durante este vendaval que Laura (Hotchkiss) Goodwin cayó por las escaleras mientras descendía.  Ella estaba esperando su octavo hijo, y por causa de la caída, perdió a su bebé y no pudo recuperarse.  Laura falleció cuando el Brooklyn se aproximaba a la isla Robinson Crusoe, la mayor de las islas de Juan Fernández, situadas a 400 millas al oeste de Valparaíso, Chile.”

“Durante el viaje, otras nueve personas que habían fallecido fueron sepultadas en el mar.  Como los pasajeros necesitaban alimentos y agua fresca, el Brooklyn se detuvo en la isla Robinson Crusoe y allí sepultaron a Laura Goodwin en la “boca de una caverna”.

“Cada uno de nosotros debemos enfrentar muchas pruebas a lo largo de nuestra vida, pero ésta debe haber sido muy difícil para Isaac y sus hijos.  Es suficientemente duro perder a un ser querido viviendo en un hogar y una comunidad bien establecidos, pero para Isaac fue aún más duro, a 6.000 millas de su hogar con siete hijos pequeños, el mayor de ellos de once años de edad y el menor, Albert Story, todavía no cumplía los 17 meses. Quién podrá haber llegado a entender sus pensamientos en el momento en que observaban bajar el cuerpo de ella a su tumba y el cual no volverían a ver, y luego cuando se alejaban  de la isla, cómo contemplaría el futuro esta familia sin madre.”

“Se ha dicho por algunos historiadores que ése fue el primer funeral mormón al sur del Ecuador.  Isaac recibió la ayuda de los otros pasajeros en el cuidado de los pequeños y trató de salir adelante. Cerca de dos meses más tarde, el 25 de junio de 1846, el Brooklyn ancló en el puerto de Honolulú en Hawái. Permanecieron allí ocho días descargando el cargamento que habían llevado con el propósito de ayudar a sufragar los gastos.” (Isaac Goodwin and Laura Hotchkiss, vol. 1, History by Dale Goodwin, páginas 162-163).

Augusta Joyce Crocheron, una de las pasajeras del Brooklyn, posteriormente escribió:

“A pesar de que la ocasión era muy dolorosa, la presencia de los seis hijos sollozando incansablemente y el padre en su soledad tratando de reconfortarlos, aún así, tan grande era nuestro cansancio y hastío del viaje que al avistar y luego pisar tierra firme fue un alivio para nuestra vida en el barco.”

“Los pasajeros se bañaron, lavaron sus ropas en agua fresca, juntaron frutas y papas, pescaron peces y hasta algunas anguilas, grandes criaturas moteadas tan similares a las serpientes que algunos miembros de la compañía no pudieron comerlos cuando se les fue ofrecido.  Paseamos por la isla, visitamos las cavernas, una de las cuales fue señalada para nosotros como la auténtica caverna de Robinson Crusoe, y tuve la fortuna de tomar una buena siesta en una tarde placentera.”

La vida en Utah

Isaac Goodwin continúo su viaje hacia el Valle del Gran Lago Salado. Tiempo después se volvió a casar con la hermana Mary Cox y en 1859 se radicó definitivamente en el pueblo de Lehi, muy cerca de la ciudad de Lago Salado.

Muchos años han pasado, pareciera que el tiempo fuera borrando los hechos y sacrificios de estos pioneros de nuestras memorias. Sin embargo, mediante los registros familiares podemos conocer y revalorar las vidas de estos queridos Santos de los Últimos Días.

Para comprender lo que realmente significó el viaje al oeste de los pioneros, citamos el pasaje de una carta de Nancy Goodwin, hermana de Isaac, que no era miembro de la Iglesia quien permaneció viviendo en Connecticut:

“West Winsted, 20 de noviembre de 1856. Querido hermano: Intento escribirte ahora, sin saber si todavía vives, pero estamos muy ansiosos de escuchar sobre ti y los tuyos.  Una vez recibí una carta tuya.  Fue escrita siete años atrás. Fue comenzada en noviembre y terminada en diciembre. Esa fue la última información confiable que he tenido desde entonces.  Se dice que has ido al sur de California, te has establecido con una granja y que te va bien.  Creo que si quisieras saber de nosotros, como nosotros de ustedes, deberíamos de vez en cuando enviarnos una carta.”

La familia Goodwin se extendió en Utah, en 1872, 26 años después de haber zarpado desde Nueva York. Isaac regresó a Connecticut como misionero por un corto periodo a la edad de 62 años.  Su segunda esposa, Mary Cox, permaneció en Utah con los hijos y nietos. En la única carta de Isaac que ha perdurado de Isaac a su esposa, éste dijo:

“Estoy en la antigua casa de mis padres, mi hermana Nancy aún está acá con 80 años. Martha está en el hospital. Espero visitar a los primos…”

Isaac Goodwin regresó a Lehi y falleció en 1879.  El legado de Isaac y Laura fueron sus hijos y descendencia, y el ejemplo de compromiso con el Señor en épocas y circunstancias realmente difíciles.

Nota: La historia de Isaac y Laura Goodwin fue tomada de una recopilación realizada por uno de sus descendientes, Dale Goodwin, en 1988.  Información adicional tomada del artículo “El viaje del Brooklyn”, por Lorin K. Hansen publicado en la revista “Dialogue”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario