sábado, 12 de enero de 2013

Chile: “Lo mejor de una cosa”

Por Rodolfo Acevedo
Archivo: Páginas Locales Chile
Liahona, Septiembre 1990

            El nombre de Chile guarda entre sus letras el nombre del Patriarca Lehi, y para sus descendientes que habitaron sus tierras, al momento de la llegada del conquistador español, su nombre significaba “lo mejor de una cosa”.

            El propio conquistador español don Pedro de Valdivia escribió sobre las bondades de esta tierra en una carta que dirigiera al emperador Carlos V y cuyo texto es el siguiente:
           
“Y para que haga saber a los mercaderes y gentes que se quisieren venir a avecindar, que vengan, porque esta tierra es tal que para poder vivir en ella y perpetuarse no la hay mejor en el mundo; dígolo porque es muy llana, sanísima, de mucho contento, tiene cuatro meses de invierno no más, que en ellos, si no es cuando hace cuarto de luna, que llueve un día o dos, todos los demás hacen tan lindos soles, que no hay para qué llegarse al fuego.  El verano es tan templado y corren tan deleitosos aires, que todo el día se puede el hombre andar al sol, que no le es importuno.  Es la más abundante de pastos y sementeras, y para darse todo género de ganado y plantas que se puede pintar, mucha y muy linda madera para hacer casas, infinidad otra de leña para el servicio de ellas, y las minas riquísimas de oro, y toda la tierra está llena de ello, y donde quiera que quisieren sacarlo allí hallarán en qué sembrar y con qué edificar y agua, leña, y yerba para sus ganados, que parece lo crió Dios a posta para poderlo tener todo a la mano”.  (Cartas de relación de la conquista de Chile por Pedro de Valdivia)

Estas palabras de Valdivia nos hacen evocar otras palabras inspiradas escritas por el profeta Nefi casi dos mil años antes, en las que se refirió a la tierra prometida en la cual fueron bendecidos con abundancia, con suelos fértiles para sus semillas, con animales de toda especie y toda clase de minerales.

Entre los años 600 y 592 antes de Cristo el propio profeta Nefi registró otras palabras que relataban su visión del destino de América y por lo tanto de nuestro país, el cual se inserta en el destino de esta tierra escogida como un todo, y es con esta perspectiva histórica y espiritual que los Santos chilenos celebramos este año los 180 años de nuestra vida como nación independiente.

De acuerdo con la visión de Nefi[1] el redescubrimiento de estas tierras americanas por parte de Cristóbal Colón llevaba en su seno la semilla de la futura liberación de estos pueblos del dominio monárquico de sus madres patrias (Inglaterra, Portugal, y España), habiendo sido estos acontecimientos “preordinados en los concilios eternos” y sus actores, inspirados por el Espíritu Santo.

Esta lucha por la libertad de las naciones americanas se dio primeramente en Norteamérica y posteriormente en forma simultánea en casi todos los países de Sudamérica a principios del siglo XIX, en cumplimiento de una profecía y como una preparación para los días en que el evangelio de nuestro Señor Jesucristo sería restaurado en la tierra, hecho maravilloso que comenzaría a gestarse en la primavera de 1820, cuando el joven campesino llamado José Smith vio a Dios Padre y al Hijo Jesucristo en una arboleda de Nueva York.

Este es el significado espiritual y profundo de nuestro día patrio 18 de septiembre de 1810, año en que además de iniciarse la gestación de nuestra independencia política de España, se echarían las bases para nuestra futura independencia espiritual.

Cada año un 18 de septiembre los hijos de esta tierra llenan sus corazones con los colores de la primavera que llega y con la alegría de los volantines, las banderas que engalanan sus hogares, con bailes, cantos y esperanzas.

Cada corazón Santo de los Últimos Días guarda este maravilloso conocimiento de la visión de Nefi y de que la Independencia de nuestro país fue un acto inspirado por Dios, y también el deseo de que este conocimiento llegue a cada corazón de nuestra patria en la esperanza, también profetizada, de que un día la Iglesia llegaría a ser la principal influencia espiritual en nuestro país[2].



[1] 1 Nefi 13, El Libro de Mormón
[2] Elder Bruce R. McConkie, Conferencia de Área Stgo, Chile 1977.

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